lunes, 12 de diciembre de 2011
Ventana sobre la palabra
Javier Villafañe busca en vano la palabra que se le escapó justo cuando iba a decirla. ¿Adónde se habrá ido esa palabra que tenía en la punta de la lengua?
¿Habrá algún lugar donde se juntan las palabras que no quisieron quedarse? ¿Un reino de las palabras perdidas? Las palabras que se te fueron, ¿dónde te están esperando?
Eduardo Galeano. Las palabras andantes.
Eduardo Galeano. Las palabras andantes.
lunes, 28 de noviembre de 2011
Había una vez...
El niño y los juguetes.
Algunos de nuestros primeros y más fieles amigos son los juguetes que teníamos cuando éramos niños. Todos deberíamos aprender a ser tan fieles como los juguetes de este cuento.
Algunos de nuestros primeros y más fieles amigos son los juguetes que teníamos cuando éramos niños. Todos deberíamos aprender a ser tan fieles como los juguetes de este cuento.
Cubierto está de polvo el perro de madera,
más allí donde lo dejaron permanece a la espera;
la herrumbre afea al soldadito y lo envejece
y el moho de los años recubre su mosquete.
Hubo un tiempo en que fueron nuevos los juguetes,
cuando el niño, a la hora de dormir,
con un beso se quiso despedir.
más allí donde lo dejaron permanece a la espera;
la herrumbre afea al soldadito y lo envejece
y el moho de los años recubre su mosquete.
Hubo un tiempo en que fueron nuevos los juguetes,
cuando el niño, a la hora de dormir,
con un beso se quiso despedir.
"Quedaos vigilantes -dijo- aquí hasta que regrese
y no hagáis ningún ruido que a la gente despierte."
y apenas dijo esto volvióse hacia su cuna
y soñó con sus juguetes a la luz de la luna,
hasta que un ángel, con su melodía,
despertó al niño al clarear el día...
Han pasado muchos años, ¡casi una ternidad!,
pero la prueba del cariño es la fidelidad.
y no hagáis ningún ruido que a la gente despierte."
y apenas dijo esto volvióse hacia su cuna
y soñó con sus juguetes a la luz de la luna,
hasta que un ángel, con su melodía,
despertó al niño al clarear el día...
Han pasado muchos años, ¡casi una ternidad!,
pero la prueba del cariño es la fidelidad.
Fieles a su amigo aguardaron los muñecos,
sin moverse ni un ápice, respetando el silencio,
esperando caricias de las tiernas manitas
y la dicha infinita de la infantil sonrisa.
A veces se preguntan, mientras pasan los días,
que ha sido de aquel niño a quien tanto querían.
sin moverse ni un ápice, respetando el silencio,
esperando caricias de las tiernas manitas
y la dicha infinita de la infantil sonrisa.
A veces se preguntan, mientras pasan los días,
que ha sido de aquel niño a quien tanto querían.
Pablo Neruda poema 20
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
lunes, 14 de noviembre de 2011
La importancia de las palabras
La Importancia de las Palabras
Ciertas palabras pueden hacer sentir al niño tan bien que siente que es capaz de lograr cualquier cosa.
“Eres maravilloso...Estoy tan orgullosa de ti...Qué gran esfuerzo hiciste...
Te ves muy bien hoy...Eres tan detallista...Te quiero.”
Estas palabras alaban al niño y le dejan saber qué orgullosos estamos de el.
Estas palabras o frases positivas son la base de una persona feliz y segura de sí misma que sabe que puede tomar nuevos retos y lograr éxitos en su vida.
Otras palabras pueden hacer sentir al niño mal, que no vale nada y que no tiene poder o fuerza
“Cállate...Eres malo...Tu eres el peor error de mi vida...Tu nunca te esfuerzas lo suficiente...Todo mundo te odia...Siempre te equivocas...
¿Así de estúpido vas a ser por el resto de tu vida?
Palabras tan negativas como estas pueden lastimar al niño por toda la vida.
Hay palabras que lastiman más que una herida porque se quedan dentro de nosotros lastimándonos por mucho tiempo.
Algunos padres creen que si critican constantemente a sus hijos, éstos se van a esforzar más. Sin embargo, críticas tan frecuentes solo enseñan al niño que es imposible complacer a los padres y se sentirá frustrado y sin cariño.
Recuerden que si usan elogios y palabras cariñosas y todos los días, esto le ayudara a que sus hijos crezcan sintiéndose fuertes y capaces.
“Eres inteligente...Eres tan buena persona...Estoy tan feliz de verte así...
Eres increíble!
lunes, 24 de octubre de 2011
sábado, 22 de octubre de 2011
Finaliza el relato
“Érase una vez, en Bagdad, un criado que servía a un rico mercader. Un día, muy de mañana, el criado se dirigió al mercado para hacer la compra. Pero esa mañana no fue como todas las demás, porque esa mañana vio allí a la Muerte y porque la Muerte le hizo un gesto.
Aterrado, el criado volvió a casa del mercader.
-Amo -le dijo-, déjame el caballo más veloz de la casa. Esta noche quiero estar muy lejos de Bagdad. Esta noche quiero estar en la remota ciudad de Ispahán.
-Pero ¿por qué quieres huir?
-Porque he visto a la Muerte en el mercado y me ha hecho un gesto de amenaza.
El mercader se compadeció de él y le dejó el caballo, y el criado partió con la esperanza de estar por la noche en Ispahán.
Por la tarde, el propio mercader fue al mercado y, como le había sucedido antes al criado, también él vio a la Muerte.
-Muerte -le dijo acercándose a ella-, ¿por qué le has hecho un gesto de amenaza a mi criado?...”
- No era un gesto de amenaza, solo quería que él se acercara a mí, tengo algo muy importante que decirle, pero él salió huyendo de aquí.
El mercader se quedó asombrado, no entendía por qué la muerte tenía que hablar con su siervo. La preocupación y el miedo crecían por momentos.
- Muerte, ¿qué es eso tan importante que tienes que decirle?
- No puedo decirte nada querido mercader, solo necesito hablar con tu siervo porque una persona necesita de su ayuda.
-¿Qué persona?
- No puedo seguir hablando.
De repente la Muerte desapareció como si de una obra de magia se tratase, y el amo envuelto en un mar de dudas salió en busca de su siervo a la ciudad de Ispahán.
Al llegar a la ciudad corrió en busca de su siervo que se encontraba en casa de un viejo hombre al que ayudaba con las tareas de la casa.
- ¡Siervo! ¡Siervo! Necesito contarte algo, esta tarde fui al mercado y allí hablé con la muerte, me dijo que tenía algo importante que decirte. ¡Corre a buscar a la Muerte! ¡Corre!
El siervo salió despavorido de la casa del viejo hombre, se montó en su caballo y se dirigió al mercado de Bagdad a encontrarse con la Muerte.
- Por fin, has decidido venir a buscarme y hablar conmigo. Tengo algo muy importante que decirte. Tu madre doña Flora está muy grave en el hospital de Irak. En unos días me la llevaré conmigo, solo se podrá salvar si tú le donas un riñón, pero el camino no será fácil, si no llegas a tiempo también arrebataré tu vida.
Sin perder un segundo, el siervo cogió su caballo y salió en busca de su madre, por el camino, como ya le advirtió la muerte, se encontró muchos impedimentos, el caballo desapareció, él se cayó ya que una piedra apareció repentinamente en su camino y se rompió la pierna, pero aun así con la pierna rota y sin caballo consiguió llegar al hospital a tiempo y salvar la vida de su madre y la suya propia. Por una vez el siervo consiguió ganar la batalla a la muerte.
El mercader se quedó asombrado, no entendía por qué la muerte tenía que hablar con su siervo. La preocupación y el miedo crecían por momentos.
- Muerte, ¿qué es eso tan importante que tienes que decirle?
- No puedo decirte nada querido mercader, solo necesito hablar con tu siervo porque una persona necesita de su ayuda.
-¿Qué persona?
- No puedo seguir hablando.
De repente la Muerte desapareció como si de una obra de magia se tratase, y el amo envuelto en un mar de dudas salió en busca de su siervo a la ciudad de Ispahán.
Al llegar a la ciudad corrió en busca de su siervo que se encontraba en casa de un viejo hombre al que ayudaba con las tareas de la casa.
- ¡Siervo! ¡Siervo! Necesito contarte algo, esta tarde fui al mercado y allí hablé con la muerte, me dijo que tenía algo importante que decirte. ¡Corre a buscar a la Muerte! ¡Corre!
El siervo salió despavorido de la casa del viejo hombre, se montó en su caballo y se dirigió al mercado de Bagdad a encontrarse con la Muerte.
- Por fin, has decidido venir a buscarme y hablar conmigo. Tengo algo muy importante que decirte. Tu madre doña Flora está muy grave en el hospital de Irak. En unos días me la llevaré conmigo, solo se podrá salvar si tú le donas un riñón, pero el camino no será fácil, si no llegas a tiempo también arrebataré tu vida.
Sin perder un segundo, el siervo cogió su caballo y salió en busca de su madre, por el camino, como ya le advirtió la muerte, se encontró muchos impedimentos, el caballo desapareció, él se cayó ya que una piedra apareció repentinamente en su camino y se rompió la pierna, pero aun así con la pierna rota y sin caballo consiguió llegar al hospital a tiempo y salvar la vida de su madre y la suya propia. Por una vez el siervo consiguió ganar la batalla a la muerte.
jueves, 20 de octubre de 2011
Mi vida en un sms
Nací 1frío mes d nviembre.Cn 7añs m fui a vivir a valdmoro.He pasad ls verans rodead d animals y naturalez =) hoy x hoy sty a punt d lograr mi sueño:SER MAESTRA
lunes, 17 de octubre de 2011
EL SUEÑO
Si el sueño fuera (como dicen) una
tregua, un puro reposo de la mente,
¿por qué, si te despiertan bruscamente,
sientes que te han robado una fortuna?
¿Por qué es tan triste madrugar? La hora
nos despoja de un don inconcebible,
tan íntimo que sólo es traducible
en un sopor que la vigilia dora
de sueños, que bien pueden ser reflejos
truncos de los tesoros de la sombra,
de un orbe intemporal que no se nombra
y que el día deforma en sus espejos.
¿Quién serás esta noche en el oscuro
sueño, del otro lado de su muro?
Jorge Luis Borges
Suscribirse a:
Entradas (Atom)