jueves, 12 de abril de 2012

Cerrando puertas

Una puerta es una abertura de forma regular que se hace en una pared, valla, etc., desde el suelo hasta una altura conveniente para entrar y salir por ella, esto parece tan obvio que suena tonto decirlo, pero no lo es tanto si pensamos que nuestra vida está llena de puertas que vamos abriendo o cerrando a medida que crecemos y que incluso en ocasiones dejamos abiertas. Cuando en nuestra vida hay alguna puerta que siempre está abierta, en muchas ocasiones, no tenemos intenciones de cerrarla, aunque por ella no pase nadie y solo haya proyecciones pasadas o futuras en vez de realidades presentes.
A menudo necesitamos cerrar puertas, pasar página, hacer un punto y aparte. Para dejar de centrar nuestra atención y energía en cosas pasadas y centrarla en cosas nuevas o existentes. Es conveniente saber cuando tenemos que cerrar esas puertas que están abiertas, ya que si no lo hacemos es como si estuviéramos atrapados en una gran tela de araña que no deja que nuestra vida fluya, que siga su ritmo, ya que seguiremos anhelando aquello que había tras ella.
En ocasiones nos da miedo cerrarlas, nos dan miedo los cambios pero tenemos que tomar decisiones, dejar de posponer aquellas cosas que decimos que vamos a hacer. No podemos vivir pensando en el pasado o futuro, porque lo único que se puede vivir es el presente.
Cada instante que nos ha sido regalado y hemos dejado pasar no lo podremos vivir nunca. La vida es un continuo cambio por eso tenemos que estar preparados para afrontar un nuevo viaje y requiere de nosotros ir ligeros de equipaje.

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