lunes, 9 de enero de 2012

31/12/11

Tengo una muy buena noticia. Mi sobrina nació el día 29 y pesó 3,200 kg. ¡Ya somos uno más en la familia! Y espero poder ir pronto a verla.
 El día amanece frío, todo sigue nevado. Cuando me asomo por la ventana lo único que veo es como la nieve blanca cubre los montes y el brillar de las bolas en los adornados árboles, con esta estampa es con la que sueña cualquier niño cuando es pequeño. Por los caminos no hay nadie, la gente está en sus casas debido al frio. Esta estampa me hace pensar en aquellas cosas que quise hacer y que por unas cosas u otras no pude. Me quedé sin irme de vacaciones a la playa porque a mi marido le despidieron y la economía no estaba muy bien como para gastarnos el dinero en unas vacaciones, tampoco me atreví a cortarme el pelo cortito por miedo a que luego no me gustara, y si te digo la verdad, no hay muchas cosas que me hubiera gustado hacer y que no hice pero creo recordar que quise hacer como mi hermana, cambiarme de país, pero no pude, porque toda mi vida está aquí en Madrid. A pesar de evadirme y pensar en otras cosas que no sean la noticia que tengo que dar, no puedo evitar que mis nervios crezcan por momentos, hoy es el día, hoy es el gran día, quedan muy pocas horas para que finalice el año 2011 y para decir que estoy embarazada de gemelos y lo peor, es que aún tenemos que ir a comprar las ultimas cosillas para la cena de esta noche. Mientras que los hombres de la casa iban a por ellas, nosotras nos quedamos preparando la mesa, haciendo la cena  y arreglándonos para esta noche tan especial. Yo me pasé toda la tarde cambiándome de ropa, no sabia si ponerme pantalón, vestido, falda y al final acabé poniéndome un vestido negro. Mientras que yo decidía que ponerme de ropa, los hombres de la casa volvieron con las cosas para la cena y mi madre y mi abuela se pusieron a prepararla. Cuando entre en el salón la mesa estaba llena de comida nunca había visto tanta comida junta, había cordero, capón al horno, marisco… de ver tanta comida se me quitó hasta el hambre. El momento que elegí para dar la noticia de mi embarazo fue durante la cena. Me hubiera gustado tener una cámara para poder inmortalizar en ese momento la cara de mi madre cuando dije que estaba embarazada y de gemelos, fue como si hubiera visto un fantasma, no se lo podía creer, el resto de la familia se puso muy contenta y mi marido, tardo un rato en reaccionar porque sabía que estaba embarazada pero no sabía que venían dos. Al poco rato de contar la noticia la luz se fue, quedaban 30 minutos para las 12, no había tele, no podíamos ver las campanadas, una fuerte nevada nos dejó incomunicados. Al llegar las 12 cogimos una cuchara y una cacerola e hicimos sonar las 12 campanadas. Lo último que tengo que decir en este día es ¡¡¡FELIZ AÑO!!!

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